Características Políticas De La Monarquía Hispánica Del Siglo Xv

Tan sólo cinco décadas más tarde una parte de estos reinos demandan la ayuda de los almorávides (dinastía bereber que controlaba en aquel instante el Mogreb musulmán) que dirigen la política de restauración territorial hacia el norte cristiano. La Monarquía hispanogoda, que se reconoció política y legalmente heredera y sucesora de Roma en la Península, constituye la primera realización eficaz de un Reino o Estado sin dependencia de campo y territorialidad de forma plena hispánicos. Su Corona o jefatura máxima tuvo carácter electivo siendo seleccionados sus monarcas dentro de una determinada estirpe. Felipe II heredó de su padre los conflictos con los turcos, con los holandeses y los franceses; pero, al menos, los temas del Imperio habían pasado a ser cosa de los Habsburgo de Austria, bajando a la Monarquía Hispana de obligaciones en Europa central. Para terminar con el problema, el reyconcibió la iniciativa de invadir Inglaterra, privando de su acompañamiento a los protestantes del conjunto de naciones; pero la ambiciosa operación naval concebida como preparación para el desembarco fue desbaratada por una combinación de errores españoles, de aciertos ingleses y de mala suerte transcurrido el tiempo y las comunicaciones.

Por entonces, la Corona castellana incluía asimismo otros dominios que, transcurrido el tiempo, se revelarían de gran valor. Por una parte, tanto los particulares como la Corona se mostraron apasionados en seguir la pelea contra los musulmanes en el norte de África, emprendimiento del que nacerían los asentamientos españoles en Melilla , Mazalquivir ,Orán , Trípoli , Bujía , Argel , Túnez … Las exploraciones españolas en la zona llevaron también a la conquista y colonización de las Islas Canarias entre 1402 y 1496. Pero eran los portugueses los que con más ahínco perseguían esta política africana, que les llevó a establecerse en Ceuta desde 1415 y a continuar estableciendo fábricas por toda la costa africana, de la que conseguían mercancías tan apreciadas como el oro y los esclavos, aparte del control de la estratégica ruta de navegación hacia la India y las islas de las especias.

Carlomagno creó la Marca Hispánica, estructurada en cinco condados (Barcelona, Gerona, Ampurias, Rosellón y Urgel-Cerdaña). Pero, el condado de Barcelona acabó por imponerse sobre los restantes y logró la independencia de los reyes francos con Borrell II en la época del siglo X. Dejada la empresa de Inglaterra, Felipe II no volvió a tener un diseño estratégico de conjunto, y se limitó a tratar de contener a sus contrincantes en todos los frentes, con guerras incesantes en Francia, los Países Bajos e Italia. Incluso intentó sin éxitoponer a su hija en el Trono de Francia, utilizando las guerras civiles que desgarraban a aquel país por motivos religiosos. En el siglo VIII y principios del IX se afianza el reino asturiano que comienza su expansión durante los siglos IX y X hacia el valle del Duero (con la formación de ciudades como Braga, Oporto, Zamora, Burgos, Toro, etc).

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Las propias flotas hubieron de ser defendidas y escoltadas contra piratas y corsarios que no dejaron de actuar en toda la Edad Actualizada, muchas veces con el beneplácito de otras Monarquías europeas que, o bien estaban en guerra con España, o simplemente no admitían el monopolio concedido por el Papa a españoles y portugueses para colonizar América. Ingleses, franceses y holandeses se establecieron en Norteamérica, las Antillas y las Guayanas, y hostigaron el comercio trasatlántico; pero la Monarquía española sostuvo el control de la mayoría de América –incluidos los yacimientos mineros más atractivos– a lo largo de los siglos XVI, XVII y XVIII. Otra minoría religiosa y cultural esencial eran los moros, musulmanes que habían continuado en territorio español tras la reconquista cristiana.

En 1144 el poder almorávide se diluye en el territorio musulmán peninsular y los reinos taifas recobran su esplendor. Poco duradero fue este periodo de tiempo turbulento, conocido como los segundos reinos taifas, en tanto que solo tres años más tarde la nueva dinastía dominante en el norte de África, los almohades, entran en Sevilla. El poder almohade fue siempre débil, en frente de la expansión cristiana y frente a los poderes locales musulmanes, sufriendo un duro golpe con la derrota de las Navas de Tolosa . A pesar de la relativa poca relevancia que se le ha concedido al periodo de los reyes visigodos, no debe perderse de vista que introdujeron buena parte de las peculiaridades que la monarquía mantendrá durante varios siglos. Si bien la tradición goda establecía la elección en asamblea del rex (título concedido por los últimos mandatarios romanos), desde su lugar en suelo peninsular ahora intentaron detallar una sucesión dinástica, si bien nunca lo lograron de forma efectiva.

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Al linaje real español, que tiene sus raíces en las familias reales de los antiguos reinos cristianos hispánicos de la Alta Edad Media, se adscribieron en todos y cada periodo histórico diferentes casas dinásticas, todas ellas con un apellido concreto con el que se designó a la familia real. De este modo, aunque se acepta de manera convencional y desde criterios clasificatorios y también historiográficos que sobre la totalidad de España desde su unificación han reinado las Viviendas de Trastámara, Austria y Borbón, de todos modos hay una continuidad dinástica y de linaje que liga genealógicamente al de hoy titular de la Corona de España, S. M. El Rey Don Felipe VI, con la generalidad de los Reyes españoles de las Edades Moderna y Moderna y con los mucho más remotos monarcas de los reinos medievales peninsulares. Sancho III el Mayor, Rey de Navarra, ya en el siglo XI reunió bajo su trono una sección importante de la España cristiana. Sin embargo, de la misma otros Reyes medievales hispanos y por causa de una tradicional visión patrimonialista de la Monarquía, dispuso que se dividieran sus dominios tras su fallecimiento. El Rey de León Alfonso IX se adelantó a su tiempo convocando en 1188 las primeras Cortes de la historia europea con participación ciudadana, noble y eclesiástica.

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Estas características y la debilidad interna del reino leonés en el siglo X, facilitarán la independencia del condado con el conde Fernán González. A principios del siglo XI, el condado queda incorporado por matrimonio a Navarra, siendo rey Sancho el Mayor de Navarra. A su muerte , Castilla es heredada por su hijo Fernando que toma el título de rey, apareciendo así el reino de Castilla. Los dominios americanos fueron creciendo en importancia a medida que los viajes de conquista y exploración daban a conocer las dimensiones y riquezas del nuevo continente. La expedición de Hernán Cortés entre 1519 y 1521 sometió al Imperio Azteca, estableciendo en México el Virreinato de la Novedosa España, foco del poder español en el centro y norte del continente. La expedición de Francisco Pizarro entre 1531 y 1533 acabó con el Imperio Inca y estableció el Virreinato del Perú, desde el que irradiaría el poder de España en toda Sudamérica.

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Durante ella se produce el paréntesis del reinado de José I, pero la derrota de Napoleón hace el retorno de los Borbones en la persona de Fernando VII. En 1556, el emperador Carlos V decidió retirarse del gobierno de tan vastos territorios, cediendo sus reinos a su hijo Felipe II, con salvedad del Imperio y sus posesiones austriacas, que pasaron a su hermano Fernando. Felipe II amplió, en cambio, los territorios peninsulares y coloniales con su coronación como rey de Portugal en 1580. Afianzó esa inclinación al integrar la Península —desde ese momento famosa como Hispania— al marco del Imperio De roma. Este se aseveró como una construcción política enteramente monárquica desde la plena incorporación de Hispania en tiempos del primer Emperador, Augusto.

La Casa de Habsburgo quedaba de esta manera dividida en dos ramas, la de Austria (quegobernaría el Imperio Germánico y el Imperio Austríaco hasta la extinción de ambos) y la de España (famosa comoCasa de Austria, que reinaría en España hasta finales del sigloXVII). Por otra parte, dificultades internas, la expansión de Castilla por el oeste y la aragonesa por el este, bloquearon el progreso navarro, que no pudo ensanchar sus fronteras, cayendo frecuentemente bajo la influencia francesa. La configuración de la Monarquía Hispánica parte desde el mismo momento en el que convergen los dos conceptos. Ese instante no puede ser otro que la aparición en la Península de un poder, estructurado bajo una entidad de índole monárquica (ejercicio personal de la soberanía, con carácter vitalicio y/o hereditario), que abarca la mayor parte de lo que los romanos vinieron en llamar Hispania. Su independencia de algún otro poder le confiere una singularidad que provoca el comienzo de una auténtica historia propia. Tras estas apreciaciones, entendidas como justificación del inicio de nuestra página web en los reyes visigodos, queremos en esta presentación realizar un somero, y por ende incompleto, repaso a la concatenación de los distintos apartados que encontraremos en ella.

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Isabel y Fernando persiguieron con insistencia con su política marital la unión con Portugal, que habría completado la unidad peninsular; pero consecutivos accidentes dinásticos los impidieron, facilitando en cambio el que las Coronas de Aragón y Castilla pasaran, por medio de Juana I y Felipe, el Precioso, a la Casa de Habsburgo. El siglo XVIII empezó con la entronización de la dinastía de los Borbones, en la persona de Felipe V. Logró consolidar su corona tras la Guerra de Sucesión (si bien perdió el resto de territorios de europa no peninsulares), en la que se opusieron tanto las potencias contrarias a la existencia de un francés en la Monarquía Hispánica como los territorios de la Corona de Aragón. La abolición de los fueros de ésta inició un proceso de centralización y de reforma de la administración no finalizado en su totalidad. Con Carlos III, se alcanzaron nuevos objetivos reformistas, ya en los capitales del despotismo ilustrado. Los últimos años del siglo XVIII y los primeros del siglo XIX están marcados por el encontronazo de la Revolución Francesa y la temporada napoleónica.

La Monarquía Hispánica

Con la colaboración de la Fundación De españa para la Ciencia y la Tecnología-Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades.

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Como quiera que la única opción alternativa famosa para el comercio con Asia era la vía terrestre mediante Oriente Medio, que había caído bajo el control de los turcos, los castellanos intentaron buscar otro camino que, explorando por el Atlántico hacia el oeste, llegara a las Indias burlando el control de turcos y portugueses. Fue así como la expedición de Cristóbal Colón, auspiciada por Isabel, la Católica, descubrió América en 1492, explorada en los años siguientes por navegantes españoles y portugueses, y repartida entre ambos países por el Tratado de Tordesillas , que venía a ratificar la concesión llevada a cabo un año antes por el papa Alejandro VI. José Luis Colomer es doctor en Literatura Equiparada por la Universidad de Bolonia y licenciado en Historia del Arte por la Sorbona. Sus investigaciones abordan las relaciones culturales entre España y también Italia en el siglo XVII mediante agentes diplomáticos y del trueque de regalos artísticos entre las cortes europeas y los reyes de España, tal como el segundo viaje a Roma de Velázquez y sus vínculos con personajes italianos en la corte de La capital española.