A lo largo de toda su vida escolar fue el primero de su clase; adoraba las matemáticas. En el presente artículo nos hemos entusiasmado por las aportaciones de Albert Einstein a las matemáticas. Juditza, Einstein nació en Ulm, cien kilómetros al este de Stuttgart, y eso es Alemania. La Física es una ciencia que se ha estudiado desde tiempos remotos y que, merced a los avances tecnológicos, nos deja entender mejor…
Para facilitar, nos invita a imaginarnos un mantel extendido . Einstein explica que, en lugar de que el Sol atraiga a la Tierra a fin de que gire a su alrededor, de todos modos lo que hace el Sol el crear una perturbación del espacio-tiempo. Esta anomalía es la que obliga a la Tierra a ofrecer vueltas a su alrededor. Para este profesor de matematicas, esta ciencia no resultaba confiable cuando se acercaba a la verdad. Durante su etapa universitaria, trabó amistad con un matemático, Marcel Grossmann, quien después le ayudaría a demostrar sus grandes teorías. Concretamente le trasmitió su capacidad y sus profundos entendimientos en geometría no euclidiana.
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Este movimiento –llamado \’browniano\’ en honor del biólogo escocés Robert Brown, que fue el primero en observarlo en los granos de polen suspendidos en el agua– no es muy diferente de las modificaciones de los costes de los mercados bursátiles. Desde el instante en que se descubrió este paralelismo, las ecuaciones de Einstein también se utilizan en Wall Street. Días después, confesó lo que había hecho a Hans, el hijo mayor de Einstein. Para justificarse dijo que lo había hecho en nombre de la ciencia. El genio de la física tuvo inconvenientes de aprendizaje desde muy pequeño. Su desarrollo para aprender a caminar y a charlar fue retardado en comparación transcurrido un tiempo promedio.
Un personaje irreproducible De este modo, mediante la creación de una “simple” fórmula matemática , Einstein cambió el mundo. Esta idea, sin embargo, no le vino repentinamente, sino que debió realizar un largo recorrido para dar con esta ecuación de la relatividad especial. Adentrémonos un instante en la narración de las matemáticas para descubrir en detalle lo que el trabajo de este científico y instructor de matematicas supuso para a esta disciplina.
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“Y también” significa energía; “M”, masa; “C” es la velocidad de la luz. En ese sentido, los objetos que estén demasiado cerca de este cuerpo son atraídos hacia su interior, ya que están “deslizándose” por esta curvatura del espacio-tiempo. Con ella, tomó lo que había descubierto Isaac Newton de la gravedad pero, por primera vez en la historia, el mundo supo qué hacía que existiera la gravedad. Es una teoría compleja, aunque la iniciativa básica es que los fenómenos que ocurren en el Universo no son algo “absoluto”. Hasta entonces no se sabía que existían unas partículas de energía lumínica que son los causantes de “trasmitir” la luz y que podían ocasionar el desprendimiento de electrones de un material, algo que se antojaba imposible. Por este motivo, ahora mencionaremos ciertas de sus primordiales teorías y leyes.
Sin embargo, que el cosmos se expandiese quería decir que en el pasado debió ser cada vez menor, lo que implicaba que debió partir de una mancha indispensable, un «átomo primigenio», como lo llamó Lemaître. No lo logró, pero los científicos actuales han recogido su testigo y llevan años tratando conciliar la teoría de la relatividad con la física cuántica (cuya precisión es absoluta en el mundo de lo mucho más pequeño). Quién sabe si dentro de poco se logra demostrar que Einstein se encontraba equivocado y nuestra imagen de todo el mundo regresa a transformarse. La Tierra no da vueltas alrededor del Sol pues, como afirmaba Newton, haya una fuerza invisible que la atraiga. La Tierra no sale disparada sencillamente por el hecho de que la masa del Sol curva el espacio de la misma forma que la bola de hierro desfigura la área de la cama. Esta intuición condujo a la teoría de la relatividad general, en 1916.
Ese año publicó cuatro artículos escenciales; entre ellos, los que completaron la teoría particular de la relatividad. La meta de Einstein, mucho más que un simple instructor de matematicas, era el de entender mejor el universo que nos circunda. Por este motivo, usó las matemáticas y la física (especialidad derivada de las matemática, recordémoslo) para actualizar algunas de la teorías que en la actualidad prosiguen siendo referencia en la materia. De entre los numerosos productos de matemáticas publicados por este genio durante toda su existencia, tenemos la posibilidad de destacar el de la geometría diferencial y el de las ecuaciones del campo, escritos con la ayuda de su amigo matemático, Marcel Grossmann. Estos entendimientos le permitieron poner de relieve la teoría de la relatividad especial y general.
Albert Einstein Y Las Matemáticas: Las Ondas Gravitacionales
A finales del siglo XIX se respiraba un tiempo de euforia en el ambiente de la física. Las leyes de Newton dejaban comprender y predecir el movimiento de todos los elementos, desde los planetas hasta las hojas de los árboles. Y el físico británico James Maxwell había presentado sus ocho famosas ecuaciones que describían la naturaleza de la luz, el magnetismo y la electricidad. Daba la sensación de que con estas dos triunfantes teorías se podía interpretar cualquier fenómeno físico.
En los cien años que pasaron desde entonces, físicos y también historiadores han ido componiendo parte a pieza un relato coherente pero complejo de su génesis [véase «Einstein y la invención de la realidad», por Walter Isaacson,en este mismo número]. En alguno de mis escritos para el gran público he tenido el placer de marcar el ascenso de Einstein, desde unas elegantes maniobras y unos pasos en falso hasta la cima final. Lejos de desmitificar sus saltos creativos, investigar con detenimiento aquel desarrollo solo añade mucho más brillo a la excepcional novedad y abrumadora hermosura de su propuesta. Una vez detectada la señal de estas ondas gravitacionales, los científicos la convirtieron en ondas sonoras y pudieron percibir los sonidos de 2 agujeros negros fusionándose.
Un siglo después, los paisajes revelados por Einstein siguen siendo sorprendentemente vibrantes y fértiles. De la relatividad general nació en los años veinte la cosmología moderna, el estudio del origen y la evolución del cosmos como un todo. Sin que mediara relación entre ellos, el matemático ruso Aleksandr Friedmann y el físico y sacerdote belga Georges Lemaître se valieron de las ecuaciones de Einstein para deducir la expansión del universo. En un principio Einstein se resistió a aceptarla, e inclusive alteró sus ecuaciones a fin de que diesen cabida a un cosmos estático, para lo cual ingresó la vituperada incesante cosmológica. No obstante, las visualizaciones posteriores de Edwin Hubble probaron que las galaxias se distanciaban unas de otras, tras lo cual Einstein recuperó sus ecuaciones originales y aceptó que el cosmos se hinchaba.
La Importancia De Einstein
Dejó de lado la iniciativa de la fuerza de la gravitación y explicó que todos los movimientos de un elemento se determinan por la configuración del espacio tiempo. El talento de Einsten estaba destinado a una escala mayor que la humana. Ciertamente, en la Tierra, la velocidad del movimiento de los humanos es tan enclenque que es imposible constatar una mínima variación del tiempo.
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“Es el ser humano, libre y constructor, el que da forma a lo hermoso y sublime, al paso que las masas permanecen encadenadas en un círculo infernal de imbecilidad y estupidez”. Albert Einstein y su importancia para las matemáticas Este es otro argumento que se expone a favor de la explicación del mundo mediante las matemáticas. En cifras, supone mucho más de mil millones de dólares estadounidenses gastados en los últimos treinta años. Para ilustrarlo mejor, podemos emplear la imagen de una bola de bolera que rebota en una cama flexible.
Pero Einstein no se encontraba completamente satisfecho con su teoría de la relatividad, porque no incluía la fuerza de la gravedad, y sospechaba que la ley de la gravitación de Newton también estaba equivocada. Su antecesor planteaba que el Sol ejercitaba una fuerza invisible de acción instantánea que sostenía en órbita a la Tierra, pero esto contradecía algunos principios básicos de la relatividad. No obstante, Einstein era un hombre mentalmente atormentado, ya que jamás logró explicar el electromagnetismo.